Uno de los grandes retos que se nos presentan para poder vivir una vida más plena es aprender a no reaccionar automáticamente ante situaciones difíciles. Cuando operamos en “piloto automático”, generalmente nuestro arsenal de respuestas se limita a una sola (frecuentemente poco funcional), ya que no estamos atentos y presentes a la variedad de conductas que tenemos como recurso ante una situación dada, y por lo tanto sufrimos las consecuencias de nuestras propias emociones, pensamientos o conductas negativas. Hacer una pausa puede ayudarnos a tomar conciencia de que no tenemos que responder de la misma manera siempre ante eventos, relaciones o incluso ante nuestros propios pensamientos y reacciones emocionales. Espero que disfrutes, y que sobre todo ocupes este tip:
“Muchos aparatos electrónicos tienen un botón de pausa, pero, desafortunadamente, nuestra mente parece no venir equipada con uno.

Piensa lo útil que sería una característica así: cuando empezamos a reaccionar con enojo, cuando la vida nos arroja noticias devastadoras, cuando surgen sentimientos de ansiedad o miedo, ¿que pasaría si simplemente pudiéramos “apretar pausa” antes de reaccionar? Hay buenas noticias: la práctica de Mindfulness (atención plena), ayuda a proveer este botón de pausa.

Lo que cualquiera de nosotros necesita es un segundo para interrumpir el patrón de reacción automática. En este pequeño espacio, podemos reconocer la posibilidad de elegir. Podemos aprender a pausarnos haciendo caso a las señales provenientes del cuerpo: la sensación de calor que viene antes de enojarnos, sensaciones en la boca del estómago, tensión en la cabeza, etc. Sólo presiona “pausa”.

Arnie Kozak “Wild Chickens and Petty Tyrants”